Mundos Paralelos - Capítulo 2

Prólogo

Capítulo 1

O eso pensé

Continué mi vida como la conozco, pero ÉSE sueño nunca se escapaba de mis pensamientos.

La relación con mi hija había cambiado, pero nadie me creía, decían que era una farsante. Mi marido estaba temeroso por mi actitud, no le podía decir que soñé con un pájaro, mucho menos sobre mi vida pasada, todos pensaban que era huérfana desde nacimiento, pero esa era una mentira y yo me la creí.

Que equivocada estaba.

Unos meses después, volví a soñar, sabía lo que me esperaba, el pájaro de nuevo apareció ante mi.

-Cambiaste –fue lo primero que dijo –Aunque nadie te crea pequeña, sigue adelante con ese cambio, lo necesitaras.

-¿En dónde estoy? – Repetí la pregunta que hice la primera vez que lo ví.

-Averígualo por ti misma, cuando sepas la respuesta búscame.

-Yo, ¿Averiguarlo?, ¿cómo?, y no me vengas a decir que en mis recuerdos está la respuesta, blah, blah, blah... –Mis ojos trataron de buscar los suyos, pero antes de lograrlo el pájaro desapareció.

Caminé por este universo, no podía ubicarme, cerré mis ojos por un momento y cuando los volví abrir, me encontraba en un sitio diferente.

Ahora en lugar de estar en mí universo, estaba rodeada de un blancura inexplicable, y en el centro, una niña de cabellos negros me miraba con asombro.

-hee.. Hola? –le pregunté acercándome a ella.

-Anywa... ¿kureta moki laira? –Ok, ¿Qué rayos fue eso? – alido fleni kueta... Nune olo kitoa

-Traducción por favor, no te entiendo – un remolino de hojas paso en frente de mi y como si fuera una película, los subtítulos aparecieron – Hola... ¿de dónde eres?... ven acércate por favor... no tengas miedo.

Desperté, eso sí fue extraño.

No se que fue eso, pero tenía que investigar así de simple, primero busque en el Internet, ¡Wow! cuantas páginas hablaban sobre mundos paralelos, lástima, ninguna se acercara a mis sueños, todo lo que encontré fue basura:

“Mundos paralelos: contactos con el más alla, el otro mundo, la vida y la muerte, contactos con fantasmas, etc, etc, etc.”

“Universos paralelos: varios universos o realidades más o menos independientes. Física cuántica, teoría unificada, teoría de cuerdas, etc, etc, etc.”

Pero nada de un pájaro de colores, nada sobre un mundo en blanco, nada sobre recuerdos y por supuesto nada sobre una niña que habla otro dialecto.

Tuve que ir a trabajar, soy abogada en una prestigiosa firma llamada “Bernal, Aguilar & Vázquez”, por lo general nunca falto al trabajo, es imprescindible estar presente en la toma de decisiones, al ser mujer, mi puesto siempre estaba en peligro.

-Buenos días Sra. Roberts –la secretaria siempre me saludaba de la misma forma, incluso cuando era de noche ella decía: “Buenos días Sra. Roberts”, ¡siempre! –El señor Ramos pidió una cita con usted para mañana, el divorcio de los señores Quijada se presentará en el juzgado a las 10:00 de la mañana, recibió dos llamadas de una mujer llamada Marisol, dijo que se comunicara enseguida.

-Perfecto –dije con sarcasmo -¿Nada más?

-Ah, sí, el señor Bernal la solicita en su oficina al parecer esta disgustado.

¿Por qué nunca decía lo más importante al principio del discurso? Caminé lentamente a mi oficina, dejé mi maletín debajo del escritorio, me senté en la silla, respire profundamente, cualquier cosa que el señor Bernal me dijera sería horrible, primero me tenía que tranquilizar de esta forma no explotarían de furia antes sus acusaciones sin fundamento. Cinco minutos más tarde me dirigía hacia la oficina principal.

–Buenos días Sra. Roberts, el Sr. Bernal la está esperando.

-Buenos días Cynthia, gracias –No me agrada Cynthia, desde el primer momento que la ví, tenía ese “algo” que me disgustaba. Abría la puerta de la oficina y la frase que recibí solo alimento mis temores.

-Miren quien se digno a venir...

¡Despedida! ¿YO? ¡Qué les sucede!

Llegué a mi casa a las cinco de la tarde, justo para cenar, mi esposo estaba cocinando pescado –Hola –no respondí, no quería saber nada de nada, solo me detuve un segundo para acariciar la cabeza de mi hija y camine directamente a mi cuarto. Me encerré en mi habitación, después de unos minutos tratando de tranquilizarme, cosa que no logré, me metí a bañar, salí a tiempo para ver a mi esposo salir de la habitación.

-¿A dónde vas? –pregunté con nerviosismo, no quería volver a dormir sola. No hoy.

-Tengo que trabajar -no quiere estar conmigo, eso es obvió, deje que se fuera y me sumergí en un sueño, del que no desearía despertar.

Continuara...