Pesadilla - Parte Uno

Portada

Esto es loco, estoy en una fiesta en el yate de un amigo divirtiéndome como nunca. Veo a mi mejor amiga Nataly bailando con Saúl, me gustaría ir y saludarlos, pero interrumpiría un gran avance de noviazgo.

-Hola hermosa

–Hola niño -Iván es mi mejor amigo, siempre está para mí y nunca me ha fallado.

-¿Quieres bailar?, Saúl esta con Nataly y Sebastián está ligando con una amiga de Noel –Saúl y Sebastián son sus mejores amigos, siempre los veías juntos hasta que les presente a Nataly y todo se fue en pique.

-Sí, me encantaría –Empiezo a moverme al ritmo de la música con las manos de Iván en mis caderas y las mias en sus brazos.

-Esta noche es perfecta –Le escucho decir, yo muevo mi cabeza de arriba para abajo, estoy tan cómoda.

Tranquila. No te haré daño. Todavía.

-¿Escuchaste eso?

-Escuchar qué bonita.

-Ehh… no… nada… es mi imaginación, olvídalo –Ya no me siento segura, juraría de que escuche algo.

No es tu imaginación.

Estoy temblando -¿Estás bien? –Iván me mira, pero no sé qué contestarle.

-Estoy bien –respondo en un susurro.

-¿Segura?, estas un poco pálida ¿Te quieres sentar?

-No… yo, sólo necesito aire –Me separo de él con lentitud, no lo quiero dejar, pero tengo que buscar esa voz.

Búscame. Encuéntreme. Ten miedo.

Vuelvo a temblar, no sé qué sucede conmigo. Mi cabeza da vueltas, me siento suspendida, algo me impide caminar, me siento pesada. Giro de un lado a otro buscando la dueña de esa voz. No la encuentro.

Alguien me toma por el brazo, estoy congelada, lentamente doy vuelta con el corazón latiendo demasiado fuerte, un grito está subiendo por mi garganta, tengo demasiado miedo para pensar en otra cosa.

Suelto un suspiro largo, el grito que contenía desaparece, mis cinco sentidos vuelven a funcionar correctamente, me llamo estúpida por tener miedo, solamente es Iván.

-Será mejor que nos sentemos, parece como si quisieras vomitar –Me mira con una mueca en su cara, pero luego sonríe al decirme su chiste privado –Aunque si lo vas a hacer será mejor que me avises, así podré correr y ponerme a salvo.

-Me matas de la risa –Le respondo a la sonrisa, ahora estoy más tranquila.

Disfruta mientras puedas. Todavía no me encuentras.

-Ahh!! –Todo el mundo empieza a gritar con desesperación, no sé que sucede, escucho que gritan mi nombre, pero no se quién o porqué. Todo se vuelve confuso, empiezo a caer al suelo, el yate se esta hundiendo, el agua pasa entre mis piernas mientras busco con desesperación algo con que agarrarme.

-Tranquila, no te sueltes de mi –Iván me agarra por la cintura y nos sujetamos fuertemente a una cuerda, los cuerpos de las personas pasan a gran velocidad mientras el agua me llega al cuello. Me siento atrapada.

Llora. Porque después no podrás.

El agua viene en abundancia, siento como si me ahogara, lucho por mi vida, pero la corriente es tan poderosa, ¿Qué pasaría si me soltara? Las personas tratan de agarrarme buscando un soporte para que el agua no los lleve, pobres ilusos ellos no saben que estoy a punto de darme por vencida.

Haz esto más divertido. Lucha, mientras yo observo.

El agua viene con gran fuerza, me suelto de la cuerda, sé que no es lo más lógico, pero si no me soltaba muchos perecerían. No tengo idea sobre porque lo sé, pero es cierto.

-¡Iván! –he gritado su nombre por mucho tiempo y no responde, todavía siento su brazo alrededor de mi cintura, pero no puedo voltear mi cabeza para mirarlo, me duele. No sé cuanto tiempo a pasado, pero la gente sigue siendo arrastrada por el agua, no veo a ningún conocido, pero sus gritos se funden con mis lágrimas dificultandome el respirar. Todo se vuelve oscuro. Caeré en la inconciencia no estaré en paz.

Sueña. Sueña conmigo. No puedes despertar.

-Qu-ue sucede. -Me duele la cabeza y todo me da vueltas, no puedo ver nada estoy sumergida en una oscuridad que daña mis ojos. Mi corazón retumba en mis oídos, mis manos viajan por todo mi cuerpo buscando lesiones, caigo rendida de rodillas con la sangre goteando de mis ojos.

Estoy perdida, intento salirme de esta oscuridad, no sé contra que estoy luchando ni siquiera se porqué estoy en esta situación. Estoy desesperada, quiero despertar.

Siento como miles de manos me agarran por las piernas y brazos, empiezan a jalar en diferentes direcciones, desgarran mi piel con sus uñas que parecieran cuchillos afilados, ellos están disfrutando de esto, LO ADORAN, escucho sus risas infernales mientras sus lenguas lamen la poca sangre que me queda, voy a morir, ningún ser humano puede soportar tanta agresión.

No morirás. No todavía.

Las lagrimas vuelven a mi como si fuera un manantial, me di por vencida hace mucho rato, pero ella no dejará que algo me mate, le gusta la diversión quiere que luche contra todo lo que esta pasando, ella me esta probando, quiere saber si soy suficientemente hábil para resistir todo lo que esta sucediendo, pero no se da cuenta que no soy a la que quiere.

-¡Déjame en paz! –le grito con desesperación, empiezo a moverme con frenesí, tengo que despertar, si esto no es un sueño estoy segura que sería el infierno.

Abro los ojos con lentitud, parpadeo rápidamente para acostumbrarme a la luz que irradian las velas y la luces que adornan el yate, estoy sentada en una mesa rodeada de mis amigos, miro mis manos y brazos estos se encuentran protegidos por guantes de seda blanca, pero yo sé que están manchados de sangre, todavía siento las garras de los demonios rasguñando mi piel, disfrutando de mi sangre, riéndose de mi debilidad.

-Ey cariño, si no vas a decir nada, mejor ve a bailar o mejor por un ponche –Nataly esta sentada enfrente de mi con su vestido morado brillante, a un lado de ella está Saúl con su esmoquin gris y la flor blanca en su pecho.

-Estas un poco pálida ¿Necesitas algo? –Sebastian me mira con dulzura, creo que ya se paso de copas, su acompañante una mujer vestida de dorado me sonríe.

-Ey, ¿Te encuentras bien? –Iván me toma de la mano y le da un pequeño apretón.

No sabes qué sucede. Tonta

Otra vez esa voz, siento como me deslizo lentamente por la silla hasta golpearme con el piso, mis amigos hacen un circulo alrededor de mi, veo la preocupación en sus ojos, trato de decir algo, pero una risa infernal hace eco en mi cabeza.

Nataly se inca a mi costado saca su pañuelo y lo remoja en agua, trata de acercármelo a la cara, mi garganta arde, el grito oprime mis costillas desgarrando los nervios de mi corazón, esta tratando de buscar una salida.

Veo a Nataly tratando de avisarle que está sucediendo algo malo, pero unos ojos azules interrumpen mis intentos.

Me encontraste. Ahora grita. ¡Grita!

Una gota de agua cae sobre mi ojo derecho y justo cuando toca mi pupila, suelto un grito que asustaría al diablo.

Parte Dos - 31 de Octubre