Mi pequeño “gran secreto”...

Por qué los amigos son importantes?....

Ooohhh tengo muchas respuestas para esa pregunta... les contaré algo... te puedes enojar con ellos.. a veces por tonterías de las cuales tú mismo te reiras a los cinco minutos, pero también puede pasar que esas tonterías crescan y crescan y lo sigan haciendo hasta que sea una ¡Gran tontería!...

He experimentado mucho eso.. y no es que sea enojona (bueno talvez un poco =P), pero hay que tragarse el orgullo, no vale la pena perder una amistad por eso.

Pero, rayos es dificil de explicar, cuando te enojas con una de tus mejores amigas, o tu mejor amigo, duele... puede que gane el orgullo como fue mi caso, me dolió, lloré, me lamente muchísimo, pero lo que más me dolió, es que esa persona no hizo nada para conservar nuestra amistad...

Dónde quedaron esas risas, o las fiestas de pijamas donde hablabamos de el “chavo más guapo de la escuela” y experimentabamos distitos looks para la secundaria, tanto que mi ropa parecía la de ella y viceversa.

Recuerdo que un día llego llorando a mi casa a las 11 de la noche (la ventaja de vivir solo a unas cuadras la una de la otra), algo había pasado (obio), la deje pasar y no le pregunte nada, deje que se desahogara y cuendo se calmó... hize lo que suelo hacer... ver películas y comer hasta reventar, cuando estabamos demasiado cansadas para seguir viendo `el rey león´, fuimos a dormir. (les dije que era día de clases, no?, bueno se los digo ahora.)

Al día siguiente mi papá nos llevo a la escuela y en el transcurso del día me conto lo que sucedió (no lo dire, es personal), fuimos mejores amigas por mucho tiempo, hasta que sucedió la “pequeña tontería”.

Y he ahí el problema, me enojé y decidí que ella era la que se tenía que disculpar, yo lo había hecho demasiadas veces y me cansé de ser la que siempre se tragara el orgullo. Ella, supongo, pensó lo mismo que yo, (nunca lo sabre), pasaron días, semanas y meses.

La extrañaba, era mi mejor amiga, pero nos dejamos de hablar y per- dimos el contacto, se cambio de casa.

No pienso buscar culpables de lo que sucedió.

Y eso es mi pequeño “gran secreto”...

Te doy un consejo: -El orgullo a veces es bueno, pero no lo uses demasiado-