Pasado...

Los días pasan rápidos, pero en el mar todo es tranquilidad así que no me preocupo demasiado. Sólo espero llegar sana y salva a ese lugar del que prometí no volver, te imaginas como será estar de nuevo ahí.

Te noto preocupado, trato de explicarte lo mejor que puedo, pero tus  preguntas interrumpen mi trabajo. Mi mundo no es igual que el tuyo, aquí existen seres mágicos que no dudaran en atacarte, aquí si no tienes un nivel de nobleza eres tratado como basura.

Cuando huí de casa, era para no volver. El mago Asirim me dio un libro e hizo que le prometiera nunca abrirlo. Pero mi curiosidad gano a la promesa, y así fue que tu llegaste aquí.

Regresar al castillo será una peligrosa travesía, cuando huí era sólo una niña, no tarde mucho en encontrar a un hada, con un trueque me traslado a las islas de Montoya por medio de  los espejos. He viajado por más de 7 años, siempre huyendo de los guardias, siempre durmiendo en lugares diferentes, sin llamar la atención, sin hacer ruido, sin existir.

Prometí no volver, pero no sería la primera promesa que he roto.

Es hora de bajar, nuestro viaje en este barco ha terminado, ponte la capucha. Nadie nos puede ver. Camina, camina rápido, el mercado es el peor lugar en el que nos podríamos encontrar, vez esa esquina, ahí es donde los fumaroles se encuentran por las noches.

Camina, no te sueltes de mi, en este lugar todos van cubiertos, no pueden permitir que alguien sepa sus nombres, este lugar es famoso por el trafico de esclavos, si nos atrapan ten por seguro que nunca volverás a tu mundo de origen.

Tenemos que encontrar transporte, cuando huí del castillo, vivía una anciana por las colonias bajas, ella me ayudó cuando los soldados exploraban por estos rumbos, si la encontramos podremos descansar un rato antes de ir hacia los bosques de Macedonia.